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El otoño y el cuidado que debemos tener con nuestras plantas
Ya sea en un patio, antejardín o la terraza de nuestro departamento siempre buscamos el mejor lugar para nuestras plantas y que nuestras visitas las observen y mimen.
Cuando llega el otoño nuestras plantas empiezan a perder fuerza y colorido a la que nos acostumbramos en primavera y verano. Aquí les dejamos algunas recomendaciones para el cuidado de nuestras queridas plantas en los meses más helados.
Durante estas semanas es recomendable realizar el último abonado de las plantas, especialmente para las plantas interiores; ya que aún se encuentran muy activas. Lo ideal es usar abono de duración prolongada, como por ejemplo el granulado o las barritas que se insertan en la tierra. En el caso de las plantas de exterior, este último abonado es muy importante para protegerlas de las inclemencias del tiempo, por lo que es aconsejable utilizar una turba en forma de acolchado que servirá de alimento y ayudará a proteger a las plantas del frío.
Otras de las recomendaciones es reducir la cantidad de agua que entregamos a nuestras plantas, que por supuesto debe ser menos a lo que estábamos acostumbrados en verano. Eso sí, debemos hacer de manera gradual para que la planta se vaya adaptando. No obstante, si hablamos de plantas de interior que se encuentran en habitaciones expuestas a la calefacción, puede que sea necesario regarlas más a menudo.
Como la cantidad de luz también se reduce durante esta época, debemos intentar procurar la mayor cantidad de luz posible dentro de la casa. Lo ideal es colocarlas junto a la ventana. Eso sí, para evitar que crezcan de forma irregular, es importante que vayas dándoles la vuelta para que reciban luz por todas partes.
No olvides que debes limpiar las plantas, eliminar las hojas muertas y desechar aquellas que no se encuentran en buenas condiciones. En el caso de los bulbos deben guardarse en recipientes secos, alejados del frío, en bolsas de papel o envueltos en trocitos de madera seca. También es un buen momento para realizar la limpieza de las macetas, lavarlas y quitarles los restos de tierra que hayan quedado adheridos en ellas. Liberando además el drenaje de cualquier posible tapón. De esta forma, nuestras macetas quedarán preparadas para las posteriores plantaciones.